Del amor al odio hay un paso, y eso es lo que le ha pasado a la empresa de Coca-Cola en España.
Esta marca, asociada siempre con la felicidad y el éxito, ha desatado la infelicidad a través de la publicación de 22 de enero presentase un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afecta a un total de 1.253 trabajadores y el cierre de cuatro de sus once plantas, las de Fuenlabrada (Madrid), Alicante, Palma y Colloto (Asturias).
Evidentemente esto ha supuesto una grave crisis de reputación y tanto trabajadores como consumidores están hartos de tanta hipocresía de esta marca, que proclama sonrisas y después echa a la calle a miles de sus trabajadores, siempre buscando un beneficio económico.
En esta lucha abierta del pequeño contra el gigante de los refrescos las simpatías del consumidor y de la gente están de parte del más débil: el trabajador.
La imagen de la empresa se ha ido deteriorando poco a poco y el conflicto, aunque ahora más relajado, ha sido muy mediático, como por ejemplo ocurrió en la entrega de los premios Goya del cine español.
Los hosteleros no sirven el producto; los diputados del PSOE sostienen que no beberán Coca-Cola mientras la empresa mantenga los despidos y crecen las firmas de apoyo en la plataforma Change, hasta la fecha casi 12.000.
Desde la parte afectada se han abierto distintos perfiles contra el ERE. Además en las redes sociales crece el rechazo e indignación frente a Coca-Cola, han aparecido nuevos perfiles en Twitter contra el ERE, siendo el oficial de los trabajadores de Coca-Cola en lucha @cocacolaenlucha o el hastag predominante #cocacola0despidos.
Coca Cola en España tiene un problema de credibilidad que está afectando su reputación. Ya se sabe que en una crisis hay dos partes: lo que ocurre y cómo se gestiona, y esto segundo es siempre mucho más importante que lo primero.
¿ Y qué medidas ha tomado Coca Cola?
Desde el punto de vista de la comunicación la empresa ha adoptado un perfil muy plano, con una presencia mediática mínima en donde no aparece ninguna información al respecto en la página web, y sólo se ha creado un austero blog, donde se han colgado los comunicados emitidos y noticias que defiendan sus argumentos y su imagen.
- Han publicado un único mensaje basado en vender como necesario el ERE.
- Todo indica que la intención es aguantar y que corra el tiempo legal que se marca desde que se presenta el expediente para la resolución de este tipo de conflictos, que en un margen de dos semanas tiene que estar cerrado.
- Ha utilizado un portavoz mediático: El presidente de Coca Cola, Marcos de Quinto ha insistido en que nada tiene que ver Coca Cola Iberian Partners/España con Coca Cola Company. Pero, aunque las personalidades jurídicas sean diferentes, en esta crisis lo que compete es una única marca: Coca-Cola.
- No hay respuesta desde las cuentas oficiales de Coca-Cola en Twitter, y tampoco desde Coca-Cola Iberian Partners que se abrió en febrero una cuenta @IB_Partners.
- Desde el perfil de Facebook de Coca-Cola Zero no han contestado a ninguna de las quejas que se han puesto en su muro, mientras en el perfil de Facebook de Coca-Cola España han declarado que el asunto no va con ellos, que se trata de una decisión autónoma de la embotelladora.
La intención es clara: que el rastro sobre lo que sucede con la marca sea el mínimo.
¿Y cómo va a responder el consumidor? ¿Con la misma simpatía hacia la marca?
Lo dudo. La gente no olvida. Hay memoria y el descontento contra la marca está en la calle.
La “chispa de la felicidad” se ha apagado.